Un habla pausada y una voz ronca, profunda y firme transmiten a través del altavoz la tranquilidad y la seguridad propias de aquellos a quienes el devenir de la Historia ya no les inquieta el ánimo. Tampoco le fallan a Manuel Centeno González, policía de primera veterano de la ya extinta Policía Armada y de Tráfico, ni la lucidez ni la emoción a la hora de recordar hasta el más mínimo detalle de su paso por aquel histórico cuerpo policial, a pesar de sus ochenta y seis años y de los achaques a los que, con jocosa sutileza, quita importancia. Su vida en la Policía se presenta como un libro abierto: Pregunta lo que quieras, dice. Una oportunidad de oro para los que nos gusta escuchar la Historia contada por quienes la vivieron en primera fila.
Aunque este zamorano-leonés —como él mismo se define— comenzó su carrera policial en 1956, su contacto con el mundo policial fue mucho antes. Su padre, Francisco Centeno Fernández, había sido guardia de asalto durante la Segunda República. Y es que, como bien afirma Manuel, la Policía Armada y de Tráfico fue constituida en 1941 por el general Franco sobre la parte de la Guardia de Asalto que se mantuvo alineada con el bando franquista durante la guerra. La Guardia de Asalto, no olvidemos, había sido impulsada y diseñada en 1931 por el entonces Director de Seguridad, Ángel Galarza, como un verdadero cuerpo policial de élite, siempre disponible y preparado para cualquier intervención especializada.
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